10. Grupo 10

El último grupo de SCHAMANN DOCUMENTA se configura como grupo de jóvenes que miran el barrio como si fuera la primera vez. Algunos recién llegados, otros ya establecidos en la ciudad, todos tienen algo en común: las ganas de observar el barrio de Schamann a través del visor.

EN LOS MÁRGENES DE SCHAMANN

En el primer encuentro manifestaron la voluntad de documentar los márgenes y las fronteras físicas del barrio, desde un punto de vista urbanístico y territorial. Schamann es parte del distrito de Ciudad Alta y delimitar sus confines es, a veces, cuestión debatida. Como reflexiona uno de los participantes, “Schamann se encuentra en la capital de una isla tropical, que a su vez es tan frontera que ni está en Europa”.

Tras elegir el tema, el grupo ha investigado los puntos “de confín”, averiguando dónde empieza y dónde termina el barrio, cómo es ese límite físico y cómo viven las personas que se encuentran en estos márgenes. El resultado ha llevado a construir este relato desde la periferia, un lugar físico y simbólico que todavía no había sido explorado en el marco de SCHAMANN DOCUMENTA.

Para retratar esos lugares, recorrimos el barrio de extremo a extremo y en diferentes momentos del día. Foto tras foto, se ha trazado la fina línea divisoria entre el barrio de Schamann y los barrios que le rodean. A veces esas fronteras nos llevaron a recorrer largas escaleras, transitar caminos de barranco o subir a ascensores que nos sirvieron de transporte para cruzar los márgenes, generando un relato fotográfico que describe los contrastes de una periferia emplazada dentro de una ultraperiferia.

EN LOS MÁRGENES DE SCHAMANN

Así lo describen dos de sus participantes:

“Los márgenes de Schamann no son cómodos”, pero son fáciles de cruzar. Son lugares donde parece que no pasa nada. A veces se puede ver a sus gentes soñando desde los tejados.

En las fronteras de Schamann no hay bares, ni turistas, ni terrazas, ni zonas verdes cuidadas… son lugares de paso. Es un espacio tropical, pero no es el paraíso. Hay plásticos y escombros. Plazas vacías. Vallas, verjas y alambradas. Galgos de metal y descampados. Pero también hay vida y plantas que resisten al asfalto de la ciudad.

Edificios de decadente belleza con ventanas viejas, paredes de color crema y arquitecturas muertas. La periferia del barrio la habitan quienes viven en los márgenes, junto a algunos amantes de los animales, deportistas y paseantes. La playa queda lejos de Schamann, pero desde algunas ventanas en los márgenes se puede ver el mar, y, a veces, incluso, escuchar los sueños que llegan hasta el otro lado de la periferia”.